miércoles, 7 de diciembre de 2016

LÍDERES EN LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, EL GRAN RETO


“No estamos en la era del cambio, estamos cambiando de era”


Para entrar en contexto es importante unificar conceptos de lo que significa e implica la cuarta revolución industrial. Según BBC mundo en el artículo publicado en octubre 12 de 2016, la describen como la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas que cambiará el mundo tal como lo conocemos, en la medida que modificará la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, definitivamente va a modificar el mercado del empleo, el futuro del trabajo y la desigualdad en el ingreso. En adición la internet de las cosas jugará un papel fundamental y permitirá agregar a la economía mundial US$ 14,2 billones en los próximos 15 años, de otro lado podría acabar con cinco millones de empleos en los 15 países más industrializados del mundo.

Como es usual, también habrá ganadores, estos serán los que más fácilmente se adapten a los nuevos retos y a las relaciones en el sitio de trabajo que es lo que en este caso nos ocupará.

Ya se ha declarado que estamos oficialmente en la cuarta revolución industrial, sin duda la base para adaptarnos mejor a este nuevo contexto es la tercera revolución industrial referida a la era digital, a la explosión de la información, al uso de redes sociales, a la menor necesidad de la presencia física en los sitios de trabajo, bancos, supermercados, agencias de viaje y en general a sitios físicos para intercambiar bienes y servicios.

En este nuevo contexto, la necesidad de repensar el modelo de liderazgo es una necesidad que rápidamente se volverá una urgencia,  modelo que debe caracterizarse por un mayor nivel de empoderamiento, mayor confianza en el trabajo de la gente, maestría en el manejo de sistemas de comunicación no convencionales a través de la tecnología, dejando atrás la presencia física y privilegiando herramientas como el correo electrónico, las videoconferencias, el skype y el whatsapp; entre otras.

Además de esto, los líderes tendrán que pasar de la microgestión y el seguimiento continuo a las actividades, a la macrogestión donde se dan lineamientos generales y se acompaña el proceso de manera mucho menos intensa, marcando metas volantes y recibiendo resultados finales que es de hecho lo que necesitan las organizaciones para incrementar su productividad.

Las oficinas físicas, van a tender a desaparecer y serán remplazadas por sitios comunes donde los colaboradores se inscriben virtualmente para hacer uso de ellos durante periodos de tiempo limitados a lo que sea estrictamente necesario.

Los funcionarios de más alto nivel, pasarán la mayor parte de su tiempo en contacto con el mercado, sus clientes y los grupos de interés. La velocidad que se impone en el proceso de toma de decisiones es cada vez mayor y necesita de su acción en el minuto a minuto, de tal manera que por medios  virtuales o presenciales estarán en contacto con el mundo. Estos niveles más altos de la organización serán los que menos necesidad tendrán de un espacio físico de trabajo.

Habrá muchas actividades que perderán valor, lo operativo se contratará en empresas especializadas, ejemplos de esto tienen que ver con las actividades operativas de las áreas financieras y contables, áreas de recursos humanos, áreas logísticas y de operaciones, tecnología informática y servicios de apoyo al negocio.

Las áreas de producción se convertirán en actividades tan operativas que fácilmente serán desarrolladas por  máquinas y robots, esto por supuesto va a desplazar a muchas personas del mercado laboral y las nuevas oportunidades serán aprovechadas por gente muy entrenada en tecnología, negocios, marketing, innovación y las áreas del conocimiento que desde su formación agreguen valor en esta nueva situación económica.

Como podemos deducir, los líderes tendrán que tener competencias muy diferentes a las actuales, en términos de formación académica, competencias técnicas, pero también competencias que les permitan guiar, inspirar y tomar lo mejor de una fuerza laboral más entrenada, capacitada, móvil y con expectativas que van a dificultar cada vez más la retención del mejor talento en las organizaciones.

Que va a pasar entonces con los líderes? Simplemente se van a tener que transformar, desaprender los viejos modelos y costumbres que los llenaban de orgullo y en ocasiones los hacían arrogantes, el trato de doctor, las inmensas oficinas físicas, las venias y respeto reverencial exigido a sus colaboradores. Ahora si que va a ser una realidad que el líder se debe más al colaborador, que el colaborador al líder, sus resultados y generación de valor van a depender en gran medida de ellos.

En adición, es un momento en el que se hace necesario que los líderes desarrollen competencias como manejo ágil de la tecnología, comunicación a través de medios digitales, participación de su equipo en el proceso de toma de decisiones, alto nivel de exigencia, mejoramiento continuo de procesos y propuesta de valor, estar moviendo la frontera en términos de rigor, calidad, conocimientos y servicio al cliente.

En conclusión, o se adaptan al cambio, o el cambio los despide y los convierte en obsoletas piezas de museo.

Oscar Javier Jiménez Yepes 
MBA Universidad Javeriana 
Twitter: @Inntegrity8
Facebook: Inntegrity onestopsite
Mail: jimenez.oscar@javeriana.edu.co