domingo, 15 de noviembre de 2015

LA INNOVACIÓN EN EL MERCADO FARMACEÚTICO, AHORA O NUNCA

Cuando nos atrevemos a pensar en innovación, sobre todo en países emergentes, lo primero que se nos viene a la cabeza es la poca posibilidad que nos ofrecen sociedades pobres y agobiadas por tantas necesidades básicas, aun sin resolver.
Probablemente, se está incurriendo en un gran error, en la medida que todas estas situaciones justamente nos ponen en el escenario más propicio, ya que al tener tantos problemas en muchos sectores económicos, al ser evidente que la educación, base fundamental para los procesos de innovación, es de muy baja calidad, nos vemos obligados a tomar cualquier herramienta que este al alcance para ser más productivos, ya que o se innova o de lo contrario no se sobrevive.
Tomando un sector de la economía donde es aun más evidente la convicción de algunos, de la no posibilidad de innovar, como lo es el farmacéutico, donde la innovación en producto necesita de personas altamente técnicas y entrenadas, donde la tecnología de punta es indispensable, donde los recursos económicos son un requisito irremplazable, pues simplemente la palabra innovación se convierte en un vocablo que suena a utopía o a sueño inalcanzable.
Estoy de acuerdo hasta cierto punto con esta afirmación, pero justamente no estoy hablando de innovación en producto, que sin duda necesita de todo lo antes mencionado, estoy hablando de innovar en otros componentes del modelo de negocio, en donde el entorno que se genera en países emergentes, puede ser un gran escenario de innovación e incluso de exportación de estas innovaciones a los países industrializados, que encontrarían una buena manera de producir resultados a más corto plazo, mientras los sofisticados procesos para encontrar moléculas realmente innovadoras y disruptivas obtienen resultados, que se puedan evidenciar en los mercados en términos económicos.
Por ejemplo, se debería dar la discusión en un país como Colombia, donde el sistema de salud se está colapsando, de innovar en canales de distribución, donde hoy todavía la cadena de distribución es demasiado larga y costosa, donde los intermediarios para llegar al consumidor final se vuelven interminables, ya que el laboratorio que produce los medicamentos en cualquier país del mundo, los envía a su filial local, de esta filial entonces se traslada al mayorista, el cual lo pasa a la cadena de droguerías o en el mejor de los casos a la EPS (Empresa Prestadora de Servicios de Salud), de donde se traslada a la IPS (Institución Prestadora de Servicios de Salud), y de aquí  a los pacientes, que son los usuarios finales. Estoy siendo simplista en la descripción de la cadena de valor, ya que en la vida real puede llegar a ser más complicada.

Cuanta agua corre en todo este proceso, cuanta corrupción se puede generar, cual es el impacto que esto tiene en términos de costos, cual es el impacto que esto tiene en términos de salubridad, de cadena de frio, de conservación de los medicamentos, no se nos olvide que estamos hablando de productos farmacéuticos, no de piedras o de arena para construcción, lo que implica que es más riesgoso y por su puesto más costoso.
En un artículo publicado en El País.com.co el 15 de noviembre de 2015, desde la opinión de Francisco de Paula Gómez, hasta hace poco presidente de Afidro (gremio que agrupa a la gran industria farmacéutica multinacional), “los medicamentos llegan al paciente con un valor mayor al que fijan los laboratorios, luego de pasar por una larga y a veces ineficiente cadena de intermediación”.
En este mismo artículo se menciona que “otro factor que ha incidido en los altos precios de los medicamentos en Colombia es la cadena de intermediación. Además de las ventas al detal, hay distribuidores mayoristas que negocian precios muy altos de venta con entidades públicas de salud aduciendo que estas se demoran en pagar”.
Al darnos la oportunidad de pensar en innovación en este modelo de negocio seguramente podríamos ser bastante disruptivos y encontrar vías menos obsoletas y que van a producir resultados muy evidentes para todos los jugadores en este mercado: Pacientes, Sistema de Salud, y por supuesto compañías farmacéuticas.
Una propuesta que yo me atrevo a sugerir sobre todo en el mercado institucional referido a los pacientes pertenecientes al sistema de salud ( subsidiado y contributivo), que es el que más recursos está consumiendo del presupuesto de la nación, es  crear una plataforma virtual donde las entidades oficiales y los productores converjan, los pacientes puedan adquirir los medicamentos aprobados en el POS (Plan Obligatorio de Salud), previamente prescritos por los médicos autorizados, y los productores los suministren y pasen la cuenta de cobro al sistema.
Pongamos en discusión otro componente del modelo de negocio del sector farmacéutico: hablemos de alianzas estratégicas, en lugar de estar pensando que el sistema de salud, los pacientes, las EPS, las IPS, son jugadores de equipos diferentes en este modelo de negocio, pensemos que podemos jugar algunos partidos siendo del mismo equipo. Un partido que se me ocurre es el de la prevención, que aunque se han hecho grandes esfuerzos en este sentido son todavía muy aislados, y no se alcanzan a evidenciar resultados muy contundentes. Este sería un tema en el que sin duda podemos innovar y desde mi perspectiva de manera disruptiva, en donde el sistema de salud, el gobierno y las empresas farmacéuticas podrían jugar del mismo lado, no cada una pensando en sus propios beneficios.
Por ejemplo que tal si los evidentes ahorros que saldrían de una buena estrategia de prevención de enfermedades, se invierten en profundizar los tratamientos en los pacientes que realmente los necesitan, entonces, el sistema de salud estaría ampliando la cobertura con excelente calidad del servicio, los pacientes sería los principales beneficiados, y las farmacéuticas estarían tal vez doblando sus ventas, con beneficios financieros que ni se hubieran imaginado en un momento económico como el que se vive actualmente en los países emergentes.
La oportunidad está, ahora hay que dejarlo de ver como una utopía y actuar, esa es la invitación, realmente hay maneras muy productivas de innovar en modelo de negocio, y el mejor escenario son los países emergentes, que se convertirían en modelos de productividad, en sectores económicos mundiales, que están ávidos de resultados y nuevas formas de apalancar sus estrategias de crecimiento.
A los lectores de este artículo los invito a generar la discusión, no solamente a matar las ideas, si les parecen locas, entonces vamos por el camino adecuado, lo cierto del caso es que el negocio en el sector farmacéutico esta necesitado de un revolcón, no podemos continuar afrontándolo de la misma manera en que lo hacíamos hace 10 años, el sistema cambió y si se sigue actuando de la misma forma, no se podrá sobrevivir. Los cambios en los mercados han desaparecido a muchas organizaciones, incluso las más grandes y poderosas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario