lunes, 4 de diciembre de 2017

FELICIDAD EN EL LUGAR DE TRABAJO, REALIDAD O UTOPIA

“Escoge un trabajo que te guste, y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida” Confucio





En la vida de un ser humano común y corriente, lo habitual es que esté en el lugar de trabajo entre 8 y 10 horas diarias, de ahí la importancia de disfrutar al máximo lo que se hace, con quién se relaciona, en qué tipo de instalaciones se trabaja y que tipo de experiencias se viven.

En este artículo pretendo describir algunas condiciones que se deben cumplir para que la experiencia laboral sea extraordinaria y contribuya a la felicidad de las personas que hacen parte de ella.

Lo primero es que al trabajador le guste lo que hace, lo apasione, lo haga con amor y sienta orgullo de su contribución a el mismo, a su familia, a su organización y a la sociedad en general. Que desde su propia convicción tome la decisión de ser feliz en su sitio de trabajo.

El liderazgo y en específico el líder, es un elemento fundamental en la experiencia laboral de un ser humano, el líder debe ser abierto, comunicar de manera generosa la información que cada individuo debe tener para desarrollar fluidamente su trabajo, debe construir relaciones de confianza con el equipo de trabajo, debe ser competente y sobre todo decente, debe evitar ser grosero en su aproximación, descalificar a las personas y tener favoritos entre sus colaboradores.

La visión debe ser audaz, inspiradora, creíble, que cada trabajador se conecte con ella, que lo apasione, que sienta que él es parte fundamental de su cumplimiento y que realmente están transformando el mercado, la sociedad y el mundo. El trabajador debe hacer la visión parte de su proyecto de vida porque en esta forma dará lo mejor de sí para su cumplimiento y su vida en el trabajo girará alrededor de esta visión y no de generar conflictos con sus colegas y jefes en la organización.

El crecimiento y desarrollo profesional, hará que el trabajador sienta que está aprendiendo todos los días, que se está reinventando, que está absorbiendo y entregando conocimiento, que cada día que pasa es más grande y fuerte profesionalmente, esto le mejora su autoestima y le da seguridad en su futuro y en lo valioso de su aporte en cualquier organización donde se encuentre desempeñando sus funciones.

El desarrollo profesional no necesariamente tiene que ser vertical, puede también ser horizontal, a través de interacciones, gestión del conocimiento, autoestudio, experiencia en otros cargos y otras áreas de la organización. Hoy en día es muy usual el modelo de desarrollo 70 – 20 – 10, esto significa que el 70% del programa es a través de experiencias en su propio trabajo y haciendo rotaciones que le permitan experimentar en cargos del mismo o mayor nivel en otras actividades o áreas de la organización. El 20% del programa se desarrolla utilizando talento interno de la empresa, profesionales con alto grado de formación y experticia en diferentes áreas del conocimiento que se encargan de entrenar a sus colegas en estas habilidades bien sea blandas o técnicas. El 10% restante se implementa a través de cursos de formación externa usando compañías de consultoría, expertos en capacitación y entrenamiento y universidades reconocidas en las áreas de conocimiento pertinentes.

De otro lado incentivar el cubrimiento de vacantes a través de personal interno, le da un mensaje a la organización de que es posible escalar posiciones que les van a permitir utilizar en la misma empresa todo el potencial de sus competencias profesionales.

El último componente de la felicidad en el lugar de trabajo que quiero mencionar y que también depende mucho de cada persona, es el significado que el trabajo tiene para cada individuo, es el propósito superior, entender como está aportando desde el desarrollo de su trabajo al bienestar de la humanidad. No es igual pegar ladrillos que construir catedrales, o ensamblar partes automotores que contribuir a ganar una prueba de formula 1. Las personas que no le encuentran significado a su trabajo podrían estar viviendo una amarga experiencia y terminarían destruyendo valor para su organización y para sí mismos.

En resumen, la felicidad en el lugar de trabajo, no depende solamente de los beneficios que da la organización, de lindos casinos, peluquerías, piscinas; o ese tipo de cosas. Normalmente depende de temas más profundos y trascendentales como el liderazgo, la visión de la organización y la conexión que los trabajadores tengan con ella, el crecimiento y desarrollo profesional y el significado que el trabajo tiene para cada persona en particular.

La felicidad en el lugar de trabajo depende fundamentalmente de cada persona, decida ser feliz y va a disfrutar de una experiencia extraordinaria que lo conducirá, sin duda, al éxito y a la prosperidad. La felicidad en el lugar de trabajo es una realidad y no solo una utopía.


Oscar Javier Jiménez Yepes 
MBA Universidad Javeriana 
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Mail: jimenez.oscar@javeriana.edu.co

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