En la redacción de
documentos contractuales están las cláusulas que en el derecho americano
denominan Boilerplate o que algunos otros llaman clausulas “miscelánea” y que
muchas veces se consideran clausulas sin importancia y de aplicación genérica a
cualquier tipo contractual. Ahora bien, dichas clausulas son fundamentales a la
hora de resolver un conflicto derivado del contrato y es por esto que hay que
analizar en detalle el tipo contractual a perfeccionarse con el fin de
determinar qué tipo de cláusulas le son o no aplicables. Un documento contractual bien redactado utiliza un
lenguaje claro y adecuado, califica de forma acertada el negocio, se anticipa a
las posibles contingencias y propone soluciones. Muchas de las soluciones a
posibles controversias se encuentran en las denominadas clausulas
“boilerplate”.
Analicemos inicialmente
de donde proviene dicho termino, como bien lo explica el profesor Americano,
George. W Kuney en su libro “the elements of contract drafting”, se deriva de
la palabra “laminado plano” utilizado para fabricar calderas de motores de
vapor y cascos de los buques. Igualmente, dicho término se utilizaba
antiguamente en la prensa escrita para describir aquella unidad de escritura
que se puede utilizar una y otra vez sin cambio alguno.
Es por esto que en el
derecho Americano se le denominó a dichas cláusulas de esta manera,
desconociendo la importancia de analizar de forma individual la aplicación de
las mismas en un documento contractual y no simplemente copiarlas y pegarlas
como un laminado plano.
Dichas clausulas cubren
asuntos de trascendental importancia para un contrato tales como: Jurisdicción
aplicable, confidencialidad, clausula penal, cesión del contrato, solución de
controversias, independencia de relación laboral, garantías, impuestos, caso
fortuito y fuerza mayor entre otras.
En el ejercicio
profesional me he encontrado con documentos contractuales que manifiestan por
ejemplo en convenios de cooperación a título gratuito una clausula penal del
20% del valor del contrato en caso de incumplimiento, lo cual carece
absolutamente de sentido. Igualmente es muy común que se acuerde que una de las
partes va a asumir un impuesto que ni siquiera aplica a la transacción a
perfeccionarse. Finalmente, más común de lo que parece, encontramos garantías
que no son aplicables a tipos contractuales, a modo de ejemplo en un documento
contractual hace algunos meses, encontré que el comprador se obligaba a tomar
una póliza de estabilidad de la obra para un contrato de compraventa. Los
anteriores ejemplos son consecuencia exclusiva de copiar y pegar cláusulas de
otros documentos contractuales, sin analizar el caso en concreto.
Mi recomendación es jamás tomar este
tipo de cláusulas como genéricas o clausulas tipo. Es importante tener en cuenta que
ningún contrato, independiente de la calificación que se le dé, es igual a
otro. De acuerdo con lo anterior se debe analizar en detalle que clausulas son
aplicables a cada negocio en específico. Finalmente reitero mi posición
relacionada con que las facultades de derecho en Colombia deben crear
seminarios de redacción de documentos contractuales, en la que los estudiantes
tengan la oportunidad de plasmar de forma práctica lo aprendido en sus cátedras
de negocio jurídico, contratos y obligaciones entre otras.
Esteban Jimenez
M.
LLM,Universidad de Minnesota
Esteban_jm@hotmail.com
Twitter: @Inntegrity8
Blog: http://actualidadnoticiasdeinteres.blogspot.com/
LLM,Universidad de Minnesota
Esteban_jm@hotmail.com
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