“La innovación es lo que distingue a un líder de los
demás” Steve Jobs
De acuerdo con el manual de Oslo,
se entiende por innovación “la concepción e implantación de cambios
significativos en el producto, el proceso, el marketing o la organización de la
empresa con el propósito de mejorar los resultados. Los cambios innovadores se
realizan mediante la aplicación de nuevos conocimientos y tecnología que pueden
ser desarrollados internamente, en colaboración externa o adquiridos mediante
servicios de asesoramiento o por compra de tecnología”.
Partiendo de esta definición que
traigo del Manual De Oslo, lo primero que podemos concluir es que sería
impreciso y además incompleto circunscribir la innovación al lanzamiento de
nuevos productos y servicios, es importante considerar que la innovación está
íntimamente ligada a la propuesta de valor de cada organización en específico,
de su ventaja diferencial y dependiendo de esta, la innovación podría estar
asociada a modelo de negocio, procesos, cadena de valor, estrategia; entre
otros.
Por esta razón limitar la
innovación a áreas específicas no sería apropiado, está debe estar en el ADN de
la empresa, en todas las áreas, en los diferentes niveles de cargo, a través de
toda la organización.
Esto nos lleva a pensar que la
innovación está asociada a la cultura organizacional, a atributos y
manifestaciones de esta que faciliten, promuevan e incentiven la innovación.
Una cultura
que soporte la innovación compromete comportamientos como creatividad, toma de
riesgos, libertad, trabajo en equipo, orientación a soluciones, confianza,
respeto y velocidad en la toma de decisiones, similarmente, se podría esperar
que esa cultura rechaza prácticas y comportamientos como rigidez, control,
predictibilidad y estabilidad.
Se debe considerar en adición que
la organización debe tener la intensión de ser innovadora, una infraestructura
que soporte las iniciativas de innovación y un ambiente o contexto que soporte
la implementación.
Esto nos da suficientes elementos
para asegurar que la cultura de innovación no necesariamente nace, se puede transformar y convertirla en un impulsor
de la propuesta de valor y un verdadero diferenciador de la organización.
La pregunta entonces sería como
convertir la cultura en un movilizador de la innovación empresarial.
La primera recomendación sería
medir las manifestaciones de la cultura que movilizarán la innovación, estamos
hablando de un liderazgo que promueva la participación de los colaboradores en
el proceso de toma de decisiones, el trabajo en equipo, el reconocimiento del
trabajo sobresaliente, permitir el error como ejercicio normal del desarrollo
de las actividades y la búsqueda de mejores maneras de hacer las cosas,
entornos que inviten a la creación y a la ideación, ambientes que privilegien
la diversidad y las diferencias de opinión, atraer el conflicto y el adecuado
manejo del mismo entre otros.
La segunda recomendación sería definir
las brechas existentes entre los atributos culturales deseados y los que
realmente están presentes en la organización.
Finalmente desarrollar e
implementar planes de acción que permitan cerrar las brechas encontradas. Esto
debe ser un ejercicio permanente que nos garantice un ambiente sostenible de
ideación, reinvención e innovación empresarial.
En conclusión, si decide innovar,
no se limite a un área en específico, haga de la innovación una capacidad que
este presente en cada rincón de la empresa, en su ADN, en la sangre de la
organización. La forma de lograrlo es a través de implantar una cultura que
incentive la innovación.
Oscar Javier Jiménez Yepes
MBA Universidad Javeriana
Twitter: @Inntegrity8
Facebook: Inntegrity onestopsite
Mail: jimenez.oscar@javeriana.edu.co
Encuentre anexo el link
de la version en ingles de este artículo
http://actualidadnoticiasdeinteres.blogspot.com.co/2017/03/innovation-culture-born-or-done.html
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