Para empezar voy a traer la forma como en Colombia se encuentra
definido el teletrabajo a través de la ley 1221 de 2008: “Es una forma de
organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o
prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecnologías de
la información y comunicación -TIC- para el contacto entre el trabajador y la
empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio
específico de trabajo” . (Artículo 2, Ley 1221 de 2008).
Para la implementación el Portal Teletrabajo Colombia, sugiere
cinco etapas a saber:
Etapa1: Compromiso Institucional, la alta gerencia debe estar
convencida de los beneficios del teletrabajo y
estar de acuerdo con su implantación.
Etapa 2: Planeación general, debe existir un plan general que
permita de manera gradual y metódica su implementación, no se trata solamente
de irse a otro sitio y desarrollar el trabajo, debe incluir herramientas
tecnológicas, mecanismos de control y seguimiento, visitas al lugar remoto de
trabajo entre otras.
Etapa 3: Autoevaluación: Debe hacerse una evaluación a la
organización y a las personas involucradas en el proceso para establecer su
estadio de maduración, brechas y después actuar para cerrarlas.
Etapa 4: Prueba piloto: Se debe empezar con una prueba piloto con
un número reducido de personas para afinar posibles inconvenientes en su
funcionamiento, esto lo hará más fluido y generará confianza tanto a colaboradores
como a líderes y alta dirección.
Etapa 5: Adopción, en este punto ya estamos listos para adoptar el
modelo de teletrabajo en la organización.
Como podemos ver, es un
modelo estructurado y además legislado, esto nos da garantías de seriedad y minimiza
los riesgos en la implementación.
Como en todos los modelos, el teletrabajo tiene beneficios pero
también tiene algunas debilidades, riesgos o problemas para su implementación.
Quisiera empezar con algunas debilidades, por ejemplo no es
recomendable en áreas muy operativas, ya que en este caso es posible que las
tareas que se desarrollan necesiten una supervisión más continua y cercana. Los
colaboradores cuya formación académica es muy básica o están empezando su
desarrollo profesional, podrían perder en conocimiento y crecimiento. Posiblemente
debido a su estadio de maduración profesional, se corre el riesgo de que no
usen adecuadamente esta modalidad laboral. No es recomendable en líneas de
producción y en labores que por su naturaleza, estén permanentemente de cara al
cliente.
El hecho de que todavía en este momento no se pueda aplicar en
todas las áreas y en todas las personas, no implica que haya que dejarlo de
lado, se debe empezar a implementar ya que los beneficios son mucho mayores que
los riesgos.
Algunos beneficios de su implementación pasan por el mejoramiento
del balance vida–trabajo de los colaboradores, el incremento de la
productividad, el mejoramiento del ambiente laboral, el mayor compromiso de los
trabajadores, el mejor aprovechamiento
del espacio físico en las organizaciones, la disminución del ausentismo laboral
por enfermedad, la atracción y retención del mejor talento, el mejoramiento de
la movilidad, la contribución al medio ambiente y la construcción de una mejor
sociedad.
El principal factor de éxito del teletrabajo, es la construcción
de confianza, de ahí que el liderazgo sea crucial en su implementación. Un
liderazgo generoso en el suministro de información, que se caracterice por sus
impecables competencias profesionales, que sea integro, honesto y ético, que
participe a su equipo en el proceso de toma de decisiones, que desarrolle un
buen proceso de delegación de funciones, que reconozca el trabajo sobresaliente
y que construya conocimiento a partir del error, es lo que se necesita para que
se generen los beneficios inherentes a su adopción y se minimicen los riesgos
que son comunes a la apropiación de nuevas maneras de hacer las cosas.
La tecnología debe acompañar el buen liderazgo en la adopción de
este modelo de trabajo, pero hoy por hoy esto no es un inconveniente, ya que la
digitalización, las TICS, la nube, el big data, el data mining,, están
disponibles y a precios asequibles para un gran número de organizaciones, lo
cual nos permite mantener un adecuado control de la operación y una
comunicación fluida y permanente con los equipos de trabajo.
En Latinoamérica un 30% de la población es Millennials y según una
proyección de la consultora Deloitte, en 2025, representarán el 75% de la
fuerza laboral del mundo. Esto lo traigo a colación considerando que esta
generación es la que más aprecia el balance vida – trabajo y una buena manera
de lograr este balance, es a través del teletrabajo.
En conclusión, el teletrabajo es una herramienta que en medio de
la cuarta revolución industrial se volvió imprescindible, su implementación se
debe abordar de manera metódica y estructurada, y son mucho más los beneficios
empresariales que los posibles riesgos que conlleva su adopción.
Oscar Javier Jiménez Yepes
MBA Universidad Javeriana
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Mail: oscar.jimenez@greatplacetowork.com
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