“Las compañías visionarias se alinean consistentemente para preservar sus valores fundamentales y propósito y al mismo tiempo estimulan el progreso” Jim Collins
Si un profesional está inspirado, no será necesario motivarlo,
este hecho es un motor que lo movilizará continuamente hacia el logro de los
objetivos estratégicos de la organización.
De ahí la importancia de contar con líderes inspiradores que sean
capaces de conectar el proyecto de vida de sus colaboradores con los objetivos
de la organización, esto lo va a lograr, en primera instancia, si existe
claridad del propósito superior de la empresa y los colaboradores entienden y
comparten este propósito.
Cuando un colaborador entiende desde su posición, desde su
función, desde su trabajo, como está ayudando a un grupo de personas, a una
comunidad, a una ciudad, a un país o al medio ambiente, entonces su inspiración
será total en la medida que su labor trasciende al solo hecho de operar y hacer
juiciosamente unas tareas asignadas, se siente importante y satisfecho de estar
generando valor y prosperidad para él y para la sociedad.
De otro lado, si la visión de la organización es coherente,
inspiradora, sencilla, contundente y generosamente comunicada, el colaborador
va a sentirse movilizado a poner lo mejor de si para hacerla una realidad.
La función del líder será primordialmente comunicar los objetivos estratégicos de la
organización, abrir conversaciones alrededor de la visión y el propósito superior
y asegurarse que esta suficientemente entendida e interiorizada por los
miembros de su equipo de trabajo, esto actuará como magia, en lugar de tener
colaboradores operando y haciendo tareas, quejándose de todo cuando les sucede
en la organización y generando chismes y mal ambiente con los compañeros,
estará poniendo toda su energía en el logro de la visión y los objetivos de la
empresa, mejorando de manera ostensible el lugar de trabajo.
Hace pocos días hablando con un Vicepresidente de una prestigiosa
organización en Colombia, me decía que era difícil entender como la gente se
quejaba de la cantidad de trabajo, de la sobrecarga laboral, de las
dificultades para lograr cumplir con los objetivos del cargo, de lo agobiante de
su trabajo y de la dificultad para balancear la vida laboral con la vida
personal; sin embargo cuando se trataba de un partido de fútbol de la selección Colombia un día laboral a las
3:00 pm, entonces todos querían asistir, él les propuso que podían ver el
partido si todos los objetivos del día se resolvían a la 1:00 pm y fue como por
arte de magia que todo estaba listo media hora antes del plazo fijado, ahora
todos se colaboraron, fueron muy eficientes, la única preocupación era terminar
con buena calidad el trabajo, fue un día inspirador y lleno de energía.
La respuesta es relativamente simple, la magia está en el
propósito superior, todos tenían un propósito compartido, en este caso el
partido de fútbol, que movilizó a los equipos de trabajo, ya que ese día mágico
los movía la fuerza de una visión compartida.
Es lo mismo con los objetivos estratégicos de la organización, que
el líder debe conectarlos con los objetivos de cada uno de sus colaboradores,
de ser así, ellos pondrán lo mejor de sí y generarán valor para ellos y al mismo
tiempo para la empresa.
Quiero concluir resaltando que declarar una visión inspiradora y
definir un propósito superior, es de vital importancia para el éxito
empresarial, no son temas elevados y etéreos sino realidades que inspiran a los
colaboradores y pasan de trabajar por ganar un salario y mantenerse en una
compañía, a comprometerse con ellos mismos y con la empresa para la cual
trabajan.
Oscar Javier Jiménez Yepes
MBA Universidad Javeriana
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